¿Cómo criar hijos felices?

Cuando le preguntas a un padre o una madre qué es lo que quieren para sus hijos en la vida, una de las primeras respuestas que les viene a la cabeza es, “que sean felices”; pero, qué es la felicidad?, cómo se podría medir?, existe una receta para ser felices?.

La felicidad es un estado de ánimo subjetivo y variable que depende de varios factores como el socio ambiental, el genético, el espiritual o factores relacionados con la consecución de objetivos.

Si bien es cierto no hay una receta para ser felices, si hay varios ingredientes que podemos incorporar en la crianza de nuestros hijos que definitivamente les ayudarán a formar su carácter y su visión del mundo a través de una actitud positiva que estimulará a su ser a experimentar con frecuencia la sensación de felicidad.

Ingredientes:

Afecto: Todo ser humano requiere recibir amor, ternura, caricias, abrazos, besos y frases afectivas que le hagan saber que es amado y aceptado. Compartir tiempo de calidad con nuestros hijos es una de las mejores maneras de expresarles nuestro afecto.

Comunicación: Es muy importante para los hijos el sentirse escuchados y que a su vez los padres les conversen, que les hagan sentir que son parte de la familia y que sus opiniones son valoradas. Un buen momento para crear estos espacios de comunicación es, la hora de la comida familiar o cuando vamos con los chicos en el automóvil.

Límites claros: para que los hijos se sientan seguros y protegidos requieren que sus padres tomen su rol de autoridad y tengan la capacidad de poner límites claros en cuanto a los horarios de casa, las rutinas diarias, los valores familiares y las decisiones trascendentales de la familia. Para que nuestros hijos tengan una vida equilibrada requieren de reglas claras, hábitos y horarios establecidos.

Manejo de la Frustración: es importante que los niños aprendan a enfrentar situaciones de frustración como por ejemplo un deseo no cumplido, cambio de planes, un juguete roto o un proyecto que no se concreta. El apoyo y guía de sus padres les ayudará a entender la situación frustrante desde una nueva perspectiva y encontrar su propia solución en vez de enfadarse, llorar, o ponerse agresivos.

Y por último, recordemos que los hijos aprenden con el ejemplo; nuestros hijos son nuestro mejor espejo.